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lunes, 4 de abril de 2011

INTRODUCCION

Como disciplina jurídico-científica, el origen del Derecho Tributario moderno suele 
relacionarse con la aparición de la Ordenanza Tributaria alemana en 1914, y la doctrina
que provocó.
El rasgo esencial de este proceso de juridificación del fenómeno tributario lo constituye
el tránsito de la relación de poder a la relación jurídica. En efecto, tradicionalmente, 
se consideró que la potestad tributaria de las autoridades públicas se basaban simplemente
en el poder soberano y de hecho que podía tener el Soberano o la Autoridad sobre sus súbditos. 
No existía, por tanto, una concepción que tendiera a limitar dicha voluntad.
Con el tránsito de la relación de poder a la relación jurídica, el instituto del tributo empieza a 
someterse a una serie de esquemas prestablecidos y uniformes que hacen que se establezcan 
las reglas del juego mediante las cuales los contribuyentes van a contribuir al sostenimiento
de los gastos públicos. De esta manera, la doctrina se enfrenta al fenómeno tributario 
apelando a las categorías dogmáticas que vienen de otras ramas del Derecho.
Así, conceptos como derecho de crédito, obligación pecuniaria, formas de
extinción de la obligación, etc., propios del campo de las obligaciones, 
son tomados como instrumento para analizar el sistema tributario. 
Lo mismo sucede con conceptos importados del Derecho administrativo
como el de las potestades y deberes.
La utilización de los conceptos jurídicos ha llevado a intensas 
discusiones doctrinales en cuanto a cuáles son los esquemas
jurídicos más idóneos para explicar el fenómeno tributario. En esa dirección, 
puede decirse, en un afán de síntesis, que existen dos enfoques generales 
en torno al contenido jurídico del derecho tributario:

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